Alfonso Cuarón se propuso rodar, editar y tener lista "Gravedad" en un año. Cuando recuerda aquellos planes, el director mexicano sonríe. "Cada día de los cuatro años que siguieron me recordaba: sí, claro, un proceso corto. Porque de verdad tuvimos que inventar toda la tecnología para hacer la película", advierte. El resultado es un filme impactante, tenso, visualmente fascinante. Ya surgieron las comparaciones con "2001, odisea del espacio", clásico de Stanley Kubrick.
El escenario de "Gravedad" es el espacio y apenas dos personajes dominan la pantalla: la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock), ingeniera médica en su primera misión, y el veterano astronauta Matt Kowalsky (George Clooney), en su viaje de despedida. El drama se desata durante una caminata espacial, ya que un accidente deja a Stone y a Kowalsky a la deriva.
El proyecto dio vueltas durante mucho tiempo. Por un lado, fue necesario desarrollar nuevas tecnologías para que el rodaje resultara perfecto. Mientras tanto, el estudio Warner planteaba dudas y los actores que no se animaban a darle el sí a Cuarón configuraban una lista interminable. El propio director atravesaba una crisis personal, con un divorcio de por medio.
Pero "Gravedad" se impuso. Aparecieron los 100 millones de dólares imprescindibles para cubrir el presupuesto, Bullock y Clooney le pusieron el pecho a la aventura y Cuarón demostró por qué es uno de los realizadores más talentosos del momento. La respuesta del público fue impresionante en Norteamérica: el fin de semana pasado la película recaudó 55 millones de dólares. Nunca un filme estrenado en octubre había alcanzado esa cifra.
Cuarón y su hijo, Jonás, escribieron la historia. Decidieron que de los restantes actores sólo se escucharían las voces (Ed Harris es el controlador de vuelo, papel similar al que le tocó en "Apolo 13"). Desde su presentación en el Festival de Venecia la película viene recogiendo críticas más que elogiosas y está posicionada en la carrera por el Oscar.
Para Sandra Bullock la exigencia física que implicó encarnar a la doctora Stone resultó formidable. Filmó numerosas escenas encerrada en un cubo, y fuera de cámara no descuidó el entrenamiento en ningún momento.
"A veces decía: ¿en qué me metí? ¿Qué estoy haciendo con esto?", confiesa Cuarón. Pasaron las zozobras y en estos tiempos "Gravedad" sólo le regala al director motivos para disfrutar.